Llevaba tiempo queriendo ver esta película aunque en el fondo sabía que lo iba a pasar mal viéndola. Y así ha sido, la película no es una maravilla pero consigue transmitir y llegar al espectador.
La película nos cuenta la historia real de Hachi, un perro de la raza Akita que vivió con su dueño, un profesor de universidad que le recogió y al que esperaba en la estación de tren hasta que el volviera de trabajar, pero un día su dueño no volvió y allí estuvo Hachi esperándole en el mismo sitio cada día durante 10 años hasta su fallecimiento.
Una historia conmovedora la de este perro con una lealtad fuera de toda duda hacia su dueño, la película logra arrancarte la lagrima sobre todo en las escenas finales, esa escena entre la viuda del profesor y Hachi es muy emocionante.
Todo el que haya tenido un animal en casa se emocionará con esta película, incluso los que nunca hayan tenido la suerte de tener un animal de compañía, emociona, hace reflexionar en las pequeñas cosas de la vida, no es gran cosa, pero muchas películas no consiguen el efecto que consigue esta.
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