domingo, 20 de marzo de 2011

Ana

Ana, es tan corta la vida, 
y son tantas despedidas 
llenas de promesas vanas. 

Ana, ¿qué será de nosotros 
cuando caigamos y otros 
ocupen nuestro lugar? 

Ana, ¿dónde será la batalla 
próxima en que perdamos 
la guerra contra la soledad? 

Ana, volverás a escuchar 
las piedras que contra tu ventana 
lanzó la felicidad. 

Lanzó la felicidad. 

Ana, es tan corta la vida, 
quizás me vuelva mentira 
y no te conozca mañana. 

Ana, cuando te esconda un abrazo 
recuerda entonces el año 
en que forjamos la paz. 

Ana, quizás me marche y no vuelva, 
quizás me muera y no tengas 
que maldecirme jamás. 

Ana, te veo y me declaro culpable 
de desear tu presencia 
más que desear la paz. 

Ana, ¿qué hago yo con mis canciones, 
con el manojo de escarcha, 
con mis ganas de matar? 

Ana, ¿qué hago yo con las montañas 
de papeles que he firmado 
jurando morir o amar? 

Jurando morir o amar. 

Ana.


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